El pueblo panameño, digno y trabajador, ayer salió a las calles en una jornada nacional de protesta que marca el inicio de una huelga indefinida, convocada por diversas organizaciones sindicales, comunales, estudiantiles, juveniles, campesinas e indígenas. La movilización responde a un creciente malestar social frente a decisiones del gobierno que atentan contra los derechos de las mayorías.
Entre las principales demandas, se exige la derogación de la Ley 462 de la Caja del Seguro Social, que representa un duro golpe para la clase trabajadora. Esta normativa impone el aumento de las cuotas, retrasa la edad de jubilación y reduce los montos de las pensiones. Además, transfiere cuantiosos recursos públicos hacia el sector financiero privado, en beneficio de los grupos económicos aliados al presidente José Raúl Mulino.
Como si fuera poco, el gobierno de Mulino pretende reactivar el proyecto minero de cobre, clausurado tras una histórica movilización en 2023, lo que implica un nuevo intento de saqueo ambiental y violación del mandato popular. En paralelo, se proyecta el represamiento del Río Indio para abastecer de agua al Canal de Panamá, una medida inconsulta que amenaza con desplazar a miles de familias campesinas con décadas de arraigo en la zona.
A esta avanzada neoliberal se suma la entrega de soberanía, expresada en la firma de un memorando de entendimiento con el gobierno de los Estados Unidos para el establecimiento de bases militares. Esta acción vulnera la autodeterminación del pueblo panameño y pone en riesgo la paz regional.
Desde ALBA Movimientos denunciamos también la persecución contra las organizaciones sindicales que hoy protagonizan las protestas. El cierre de cuentas bancarias y la retención de fondos a las centrales obreras configuran una grave violación a la libertad sindical y a los derechos colectivos conquistados con años de lucha.
Nos solidarizamos con las organizaciones populares de Panamá, que con valentía defienden su territorio, sus recursos y sus derechos. Hacemos un llamado urgente a los pueblos de Nuestra América a sumarse a la solidaridad en esta lucha, a amplificar su voz, a no permitir que el silencio encubra los atropellos del imperialismo norteamericano.
Acompañamos el llamado a huelga general indefinida a partir del lunes 28 de abril que ya llevan adelante los docentes panameños, convencidas y convencidos que sólo la acción colectiva puede frenar los proyectos de despojo y sometimiento. ¡La dignidad no se negocia!
¡La pelea es peleando! ¡Sin luchas, no hay victorias!