En Ecuador, el bloque de poder representado en las empresas de comunicación; la justicia instrumentalizada; las fuerzas represivas del Estado, con la complicidad de la oligarquía criolla; y el imperialismo norteamericano, ha acrecentado el saqueo y la persecución hacia el pueblo y las organizaciones populares.
Desde el 2017, tras la traición de Lenín Moreno a las esperanzas de la mayoria, el país andino ha vivido una regresión profunda en materia derechos. Paquetazos económicos, firma de la carta de intención con el Fondo Monetario Internacional (FMI), despidos masivos, eliminación de instituciones públicas, barcos de guerra yankees, persecución política a opositores, con encarcelamientos arbitrarios, a lo que debe sumarse a las cientos de personas mutiladas y asesinadas. Este es el saldo de solo tres años del gobierno de Moreno.
El exterminio del enemigo de clase, del enemigo político interno, ha sido la consigna dedicada hacia la dirigencia de la Revolución Ciudadana. Moreno arremetió buscando la proscripción política del ex presidente Rafael Correa, encarcelando al vicepresidente Jorge Glas, y obligando a su vez al exilio a Gabriela Rivadeneira, junto con varias autoridades surgidas de la voluntad popular en elecciones.
Los grupos económicos y las fuerzas políticas de derecha ven en la conquista del poder político la oportunidad de perpetuar el enriquecimiento ilícito a sus arcas personales a través de la muerte y la persecución de las clases populares y medias. Para esto deben censurar a la principal fuerza de oposición real que existe en este país y por eso todos los intentos por dejar a la Revolucion Ciudadana fuera de la contienda electoral.
Debido a la política fascista de seguridad interna del gobierno de Moreno, las movilizaciones de octubre dejaron 11 personas muertas y miles de heridos/as. Así como también la detención de 3 dirigentes de la Revolución Ciudadana: Paola Pabón, Christian González y Virgilio Hernández, además de un número indeterminado de luchadores populares del movimiento indígena, estudiantil y trabajadores. En los tres casos anteriores, recibieron la acusación por supuesto delito de “Rebelión” bajo los fundamentos de publicaciones en “Twitter”, afiches, banderas, escuchas telefónicas con alteraciones en la versión de la fiscalía, libros de teoría política, algunos del amauta peruano Mariátegui, entre otros.
Tras 72 días de injusto encarcelamiento, se les otorgó medidas sustitutivas a la prisión preventiva. Sin embargo, el asedio, los vehículos polarizados, las escuchas telefónicas no han cesado. El “grave delito” de pensar distinto al discurso del poder, entreguista y antipopular, condena a los y las militantes revolucionarios/as al linchamiento mediático de los medios hegemónicos. En Ecuador la critica frente a las políticas de hambre y muerte que ha emprendido el Gobierno de Moreno garantiza un camino directo cárcel. O en muchos otros casos a vivir bajo amenazas constantes y públicas de altos funcionarios del ejecutivo.
En esta semana de agosto estas/0s compañeros/as enfrentan una nueva batalla en este tortuoso camino de la politización de la justicia ya que se llevará a cabo la audiencia evaluatoria de juicio. En un contexto donde la justicia es utilizada como herramienta de persecución, debemos estar alertas y rodear de solidaridad al hermano pueblo ecuatoriano y en específico a Paola, Virgilio y Christian, quienes siguen siendo asediados por el peor gobierno de la historia que ha tenido Ecuador.
Desde ALBA Movimientos y desde Nuestra América toda rechazamos la política de aniquilamiento público del gobierno de Moreno hacia la oposición política usando las funciones judicial y electoral, a través del encarcelamiento de líderes sociales y políticos y la proscripción del Movimiento Revolución Ciudadana en la lid electoral del próximo 2021.
Estaremos vigilantes del proceso judicial que enfrentan los y las dirigentes sociales y politicos en Ecuador, del cumplimiento de los derechos humanos fundamentales.
Como dijera Dolores Cacuango: «Nosotros somos como los granos de quinua si estamos solos, el viento lleva lejos. Pero si estamos unidos en un costal, nada hace el viento. Bamboleará, pero no nos hará caer.»
Con perseguidos/as y presos/as políticos/as, no hay democracia.
ALBA Movimientos