Las organizaciones y movimientos sociales que hacemos parte de ALBA Movimientos, fijamos posición en contundente rechazo a la reciente acción conjunta entre el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica y el gobierno de El Salvador, en la que violando el derecho internacional y los derechos humanos fundamentales de ciudadanos en condición de migrantes, fueron secuestradas 238 personas para ser encarceladas en un “centro para el confinamiento de terroristas” creado por el presidente Nayib Bukele.

         Esto constituye una actuación barbárica, demostrativa del carácter fascista, racista y desafiante de las básicas convenciones de derechos humanos, por parte del gobierno de Donald Trump, quien invocando una ley de 1798 (tres siglos atrás) se atribuye la facultad de secuestrar, deportar y encarcelar personas solamente por ser venezolanos y la presunción de pertenecer al “Tren de Aragua”, sin ninguna prueba y sin derecho a la defensa.

 

         Una de las consecuencias gravísimas de la aplicación de esta ley es la criminalización de la migración y en particular de la migración venezolana, dando pie a que cualquier venezolano migrante mayor de 14 años pueda ser calificado como “invasor”, “enemigo de EEUU” o “terrorista” miembro del denominado “Tren de Aragua” e inmediatamente pueda ser privado de su libertad, confiscando sus bienes, cuentas bancarias y cualquier tipo de pertenencias. Las características de esta ley permiten incluso actuar sobre cualquier migrante de cualquier país, porque el gobierno federal no tiene que presentar ningún tipo de prueba para aplicarla. Su aplicación en este contexto es una clara acción neofascista desde el Estado Norteamericano que hoy retoma una ley parida y utilizada en contextos de guerra para declararle ciertamente la guerra a las y los migrantes venezolanos y latinoamericanos.

 

         Vale recordar que este grupo criminal fue desmantelado por el Gobierno de Venezuela en su territorio, por ser una red que azotaba a muchas comunidades pero también porque fue utilizado por la dirigencia de la ultra derecha venezolana para participar de acciones insurreccionales; fueron financiados por partidos de la oposición, que a su vez fueron financiados por la USAID, dentro de los cuáles figuraba como líder la actual cabecilla de esta facción extremista: María Corina Machado. Estos factores extremistas son los mismos que han promovido y siguen promoviendo el bloqueo y la guerra económica contra el pueblo venezolano, lo que actuó como detonante del aumento exponencial de la migración por razones económicas; migración que auparon con falsas promesas, que utilizaron para atacar al gobierno venezolano, y que hoy desconocen y traicionan aplaudiendo al gobierno de EEUU.

 

         No podemos dejar de mencionar que el gobierno de derecha de El Salvador hoy lucra de la miseria de nuestros pueblos, tal como lo han hecho público desde hace meses; ellos le ofrecen a los EEUU un “servicio” de intercambio de humanos como mercancía para enriquecerse: encarcelamiento de migrantes.

 

         Ante estos hechos hacemos una alerta a los pueblos del mundo: debemos parar estas peligrosas expresiones de neofascismo que las derechas globales bajo el liderazgo de Trump están queriendo naturalizar e intensificar, asediando países, generando migración, promoviendo grupos armados y después usar a esos mismos grupos para justificar políticas de criminalización contra las y los migrantes y para colmo que existan países que mercantilicen este encarcelamiento. Por ello hacemos un llamado a campaña internacional para repudiar y denunciar esta peligrosa escalada de criminalización a la migración y al pueblo venezolano. Acompañamos y respaldamos las acciones del Gobierno Venezolano ante los organismos internacionales para rescatar a las y los ciudadanos venezolanos secuestrados y que se tomen las acciones a los que haya lugar en el marco del derecho internacional público para evitar que esta política neonazi se mantenga o se propague.

 

         Igualmente llamamos a todas las organizaciones aliadas del mundo a pronunciarse y enfrentar la peligrosa narrativa llevada adelante por las grandes corporaciones mediáticas, que justifican lo injustificable y con ello se convierten en cómplices de la barbarie.

 

¡Basta de criminalizar la migración!

¡Basta de impunidad frente a esta atrocidad!

¡Dignidad, justicia y reparación para todas las personas secuestradas!