Reunidos y reunidas de forma virtual, este sábado 4 de julio de 2020 nos hemos encontrado representantes de diferentes países de toda América, del sur, del norte, del centro y del Caribe, en la primera reunión de Coordinación Continental realizada en transmisión simultánea de ALBA Movimientos.
Con gran esfuerzo y voluntad de aprendizaje participamos compañeros y compañeras de Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Cuba, Costa Rica, Ecuador, EE. UU., Guatemala, Haití, Jamaica, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, Trinidad y Tobago, Venezuela y Uruguay.
Destacamos con alegría y perseverancia que, pese a las dificultades impuestas por el bloqueo criminal e ilegitimo al pueblo y gobierno revolucionario de Cuba, contamos con la participación de una delegación del capítulo cubano de ALBA Movimientos. Así como también estuvo presente la delegación de Venezuela, que tuvo que sortear dificultades e imprevistos tecnológicos de último momento. Todos pequeños pero grandes logros en la lucha cotidiana contra el imperio y su intento de bloqueo comunicacional, económico y político.
Saludamos a las nuevas organizaciones y países que se han sumado a esta iniciativa de Unión y lucha. También a las representaciones de Europa y África que son parte de ese esfuerzo planetario que vamos construyendo día a día con la Asamblea Internacional de los Pueblos- AIP, con quienes nos hermanan las banderas de la lucha contra el sistema capitalista, colonial, patriarcal y racista y las iniciativas concretas como la Jornada Internacional Antiimperialista.
La situación mundial
Esta pandemia no es el origen de la crisis mundial. El capitalismo, el patriarcado, el colonialismo, el imperialismo son los factores estructurales de la misma. La pandemia se produce y reproduce sobre este marco. Por lo tanto, podemos decir que estamos ante una crisis del modelo civilizatorio o de sociedad que se ha impuesto en el mundo, por los grandes poderes del gran capital y que se expresa sin duda alguna en situaciones como la presente emergencia sanitaria.
El impacto de esta pandemia develó todas las problemáticas del presente: la crisis minero-energética, climático ambiental, alimentaria, y del mundo del trabajo. Las distintas formas en las que se expresa la violencia patriarcal y racista. El avance de la derecha con un fuerte contenido ideológico de tipo neofascista y los extremismos religiosos. El aumento del control y la vigilancia a través de los monopolios de la big data y el militarismo. Esta situación, aunque ha golpeado a toda la humanidad, es necesario reconocer que ha sido más violenta con algunos sujetos sociales concretos: las mujeres y diversidades sexuales, pueblos originarios, trabajadores/as precarizados/as y migrantes. El capitalismo se aprovecha de esta situación para relativizar el principio de solidaridad y por el contrario recrudece las medidas que multiplican la violencia hacia estos sectores.
La conocida estrategia de la clase dominante al servicio del capital de buscar permanentemente líneas de inversión y explotación para sostener la tasa de acumulación y de ganancia, se intensificará en medio de la crisis. La precarización, el desempleo, el desmejoramiento salarial y otros cambios en el mundo del trabajo se han acelerado con esta crisis. Las burguesías globales desde su lógica de clase descargan sobre la clase trabajadora la responsabilidad de mantener la economía a flote y la reproducción de la vida.
El Coronavirus, ha tenido trascendencia mundial, no solo por sus terribles impactos y su capacidad de contagio y propagación, sino también porque ha golpeado con fuerza a los países del centro económico mundial, configurándose así un nuevo panorama geopolítico que ya venía en avanzada y que está crisis aceleró en donde entraron China y Rusia, que avanzan sobre el deterioro económico, político y social del imperio estadounidense y la Unión Europea.
La gestión de la crisis pandémica ha redistribuido la correlación de fuerzas multipolares. En general, no podemos desconocer las fuertes tensiones políticas y sociales que viven a lo interno los Estados Unidos, y los países de la Unión Europea, quienes han priorizado el capital antes que a la vida de miles de personas, repercutiendo así en la política internacional y de alianzas, y cómo esto se contrasta con el ascenso de China posicionándose después de superar la emergencia sanitaria.
Situación en Nuestra América
En la región, los países del ALBA tienen mejores resultados respecto del resto y ofrecen su solidaridad al mundo a pesar de las fuertes restricciones y la guerra económica que EE. UU. cierne sobre estos. Aunque las grandes corporaciones de la información siguen demonizando a procesos como el de Cuba y Venezuela, la realidad ante la pandemia va indicando que estos países son los que ha logrado generar mejores medidas para enfrentar la emergencia sanitaria.
Las principales alianzas en el continente americano, en el marco de la doctrina Monroe y herramientas como la OTAN, son con fuerza los actuales gobiernos de El Salvador, Guatemala, Colombia, Ecuador, Perú, Chile y Brasil (este último con fuertes tensiones internas). En estos casos continua una salida militarista desde los estados. Enfrentan la crisis con mayores controles militares y de seguridad, durante y seguramente después de superada esta situación.
Podemos ver la forma en que se evidenciaron las contradicciones entre el capital y los pueblos. Es por eso que los movimientos debemos prepararnos para propuestas nuevas de cambios estructurales. Ya venimos de varias décadas de organización, de encuentros contra el ALCA, contra el neoliberalismo, pero la historia nos convoca a ser post capitalistas y a pensar en clave global. Es un momento tan difícil como potente, a partir de la imposibilidad de continuar de la misma forma. El cambio está en agenda, a pesar de que los poderes de turno traten de extender el tiempo de resolución lo más posible.
Las respuestas ante la pandemia por parte de los gobiernos se pueden diferenciar entre una opción Neoliberal y militarista; y otra opción progresista y revolucionaria. Pero en todas existe una revalorización de los y las trabajadores/as de la salud y de las tareas del cuidado. La producción y distribución de alimentos, como también de productos básicos se ha visibilizado por las mayorías como cuestiones de suma importancia. La soberanía alimentaria que veníamos planteando es más necesaria que nunca. En la zona urbana son las organizaciones sociales y barriales son las que han estado a la altura de las circunstancias con la ampliación de ollas populares, merenderos o comedores. Eso habla de la solidaridad y la organización popular pero que también las necesidades y las urgencias son cada vez mayores.
Podemos decir que la pandemia llegó a nuestra región en medio de una crisis generalizada producida por la implantación de un sistema alimentario basado en la agroindustria tóxica y en la adopción de patrones consumistas e individualistas; de procesos de devastación ambiental y con sistema de sanidad pública desmantelado por décadas de políticas neoliberales en beneficio del sector médico y farmacéutico privado.
La violencia por cuestiones de género y femicidios se han incrementado drásticamente durante los meses de confinamiento social, pero sigue siendo invisibilizada por gobiernos y hasta por muchos movimientos sociales que no quieren aceptar esta problemática como central.
En muchos países, a pesar del contexto de la pandemia se empezaron a retomar protestas y luchas que ya venían sosteniéndose desde mediados del 2019 y que se relacionan con las pésimas condiciones de vida, el hambre, la desigualdad y la falta de acceso a derechos básicos. Sobre todo, en aquellos países con largos periodos de gobiernos neoliberales.
En los últimos años hemos visto cómo se han fortalecido los sectores sociales protagonistas de las luchas sociales en los movimientos de mujeres, feministas, antirracistas, de jóvenes, trabajadores de plataformas, sectores urbanos de las periferias que se enlazan con las luchas históricas de los pueblos originarios, comunidades negras, por la defensa de la madre tierra, o de expresiones culturales.
Banderas de lucha
– Elaboración de programas que nos permitan avanzar en el debate sobre el modelo que necesitamos desde los pueblos y que contemple nuestro proyecto político de lucha contra este sistema en decadencia que solo concentra la riqueza y socializa la muerte, el hambre y la destrucción.
-Denuncia de la criminalización y persecución de líderes y lideresas sociales y políticas. Por la liberación de los/as presos/as por razones políticas e ideológicas.
-Soberanía alimentaria y la solidaridad alimentaria como respuesta concreta a los problemas del hambre, la defensa de la tierra y el trabajo de millones de campesinos y campesinas en toda Nuestra América.
-Contra el colonialismo y formas de dominación territorial en la región del Caribe por el respeto a la autodeterminación de los pueblos.
-Reclamo de justicia por la esclavitud y reparación histórica por los crímenes contra el pueblo afroamericano y los pueblos originarios. La lucha contra el racismo y el colonialismo es la lucha contra el capitalismo y su implantación en la américa toda.
Propuestas de agenda
-Nos comprometemos a participar en cada uno de nuestros países de la Jornada Internacional de lucha Antiimperialista con las Acciones del 5 al 10 de octubre, en contra las agresiones imperialistas y bloqueos de los EE.UU., y en defensa de la Paz, de la vida y del futuro del Planeta.
-Nos sumaremos a la propuesta de la Cumbre internacional en defensa del Planeta, en contra de los crímenes ambientales, a realizarse en el primer semestre de 2021, en Brasil, así como nos comprometemos a fortalecer la articulación de nuestros pueblos en la disputa frente a las agendas de despojo, del “capital verde” y las ONG’s.
-Impulsaremos, junto a plataformas y organizaciones aliadas una campaña de solidaridad con Cuba, Venezuela y Nicaragua contra los bloqueos y ataques imperialistas, a iniciarse a mediados de julio de este 2020.
-Relanzaremos la Comisión de Paz continental para que aborde e impulse campañas por la liberación de compañeros y compañeras encarcelados/as y perseguidos/as políticamente.
-Continuaremos con las transmisiones de Voces del ALBA todos los jueves por nuestras redes sociales, para conversar sobre temas de actualidad y debate político con las organizaciones de nuestra articulación.
-Visibilizaremos y sistematizaremos las experiencias de lucha, organización y construcción de alternativas desde cada territorio.
Lamentamos la pérdida de nuestro querido compañero Carlos Romainville Vázquez del capítulo peruano de ALBA Movimientos, fallecido el 4 de junio pasado. Recordamos su entrega prometemos continuar su lucha por un mundo donde no existan explotadores ni explotados.
Es tiempo de Huracanes, es tiempo de prepararse para luchar por cambios profundos.
¡Carlos Romainville presente!
ALBA Movimientos
Julio de 2020
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