Las organizaciones sociales y movimientos populares que somos parte de ALBA Movimientos rechazamos categóricamente el criminal llamado de Álvaro Uribe a intervenir militarmente en Venezuela tras la toma de posesión de Nicolás Maduro. Esta postura constituye un golpe directo a los principios fundamentales del derecho internacional, que garantizan la soberanía y autodeterminación de los pueblos.
Condenamos también el respaldo de Patricia Bullrich, actual ministra de Seguridad de Argentina del gobierno de Javier Milei, y de Leopoldo López, opositor venezolano, a estas declaraciones. Es inaceptable que funcionarios y políticos de América Latina y el Caribe promuevan discursos belicistas que solo contribuyen a la desestabilización de la región, poniendo en peligro la paz y la estabilidad. La historia de nuestro continente está marcada por la resistencia a las intervenciones extranjeras y los golpes de Estado que han asolado a nuestros pueblos. Frente a estas amenazas, debemos fortalecer la perspectiva de América Latina como territorio de paz, un principio asumido por la CELAC y refrendado por todos los países de la región, incluidos Argentina, Colombia y Venezuela.
Es fundamental también denunciar el peligro global que representa la reelección del condenado por la justicia estadounidense Donald Trump. Su política exterior ha demostrado un total irrespeto a las soberanías nacionales, mientras financia el genocidio del pueblo palestino y busca someter a países como Venezuela a los intereses económicos y geopolíticos del imperialismo estadounidense. Venezuela — rica en recursos naturales estratégicos, referencia de organización popular y construcción del socialismo territorial– ha sido objeto de una guerra imperialista que incluye bloqueos económicos, informativos y diplomáticos, así como constantes amenazas dirigidas a desestabilizar su legítimo gobierno para ponerlo al servicio de los intereses de los capitales.
Estas posturas no sólo amenazan la democracia en Nuestra América, sino que también intensifican las tensiones globales, poniendo en peligro la paz mundial. Reafirmamos que los asuntos internos de Venezuela deben ser resueltos exclusivamente por su pueblo, sin injerencias externas ni amenazas de fuerza. Es urgente promover el diálogo y las soluciones pacíficas, respetando las instituciones y los procesos democráticos del país.
Llamamos a las organizaciones populares, a los defensores de los derechos humanos y a los líderes regionales e internacionales a actuar en defensa de la soberanía y la paz, rechazando cualquier intento de injerencia militar o de subordinación a los intereses hegemónicos de Estados Unidos u otras potencias extranjeras. América Latina necesita unidad y cooperación, no divisiones alimentadas por agendas autoritarias o intereses ajenos a la voluntad de nuestros pueblos.
¡Por la autodeterminación y soberanía de Venezuela! ¡Por la paz en Nuestra América y el mundo!