Movimientos populares y organizaciones políticas de Nuestra América y el mundo impulsamos la Campaña “¡Libertad para Assange!”, como parte de la lucha internacional por la libertad y la no extradición a Estados Unidos del fundador de WikiLeaks.

Te pedimos que puedas enviar cartas que denuncien la persecución de más de diez años por parte de Estados Unidos contra Assange, quien se encuentra actualmente detenido en una prisión de alta seguridad de Belmarsh, cerca de Londres, desde abril de 2019, luego de que Ecuador revocara su estadía en su embajada británica.

Para participar en la campaña puedes añadir tu firma en este formulario, y para tener más impacto, te pedimos que hagas un pequeño esfuerzo más y envíes directamente una carta a los siguientes contactos:

Tribunal Supremo del Reino: enquiries@supremecourt.uk y registration@supremecourt.uk
Embajada de Inglaterra: @ukinbrazil
Embajador de Inglaterra: @PeterWilson
Embajada de EE. UU.: @USEmbassy

Abajo encontrarás un modelo para escribirla.


 

A las autoridades diplomáticas y consulares de los Estados Unidos y del Reino Unido,
A las autoridades jurídicas y políticas responsables del juicio de Julian Assange,

La combinación de diferentes crisis económicas, sanitarias, alimentarias y ecológicas ha agravado la crisis social a la que se enfrentan los trabajadores y trabajadoras de sus países. La posibilidad de una salida autoritaria de la crisis es evidente en muchos países del mundo. Frente a las necesidades urgentes de la población -sanidad, alimentación, vivienda, seguridad- los gobiernos autoritarios imponen la represión, la persecución y el silencio.

En estas horas críticas para la humanidad, no podemos permitirnos guardar silencio.

Durante más de diez años, Julian Assange se ha enfrentado a una persecución implacable porque se ha negado a guardar silencio. Su trabajo periodístico ha desvelado los terribles abusos de los regímenes políticos que imponen el terror, el genocidio y la destrucción para satisfacer sus intereses. Si no fuera por Assange y WikiLeaks, no tendríamos ni idea de cuántos civiles afganos, iraquíes y yemeníes han sido asesinados por las bombas y los drones del imperio estadounidense, que pensaba que matándolos en tierras lejanas tendría total impunidad.

Mientras estos crímenes contra la humanidad quedan impunes, Julian Assange sufre un terrible castigo por atreverse a exponerlos al mundo. El proceso judicial contra él es un ejemplo de la utilización política de las instituciones del Estado contra el interés general.

Julian Assange lleva más de diez años sin ver la luz del día, sometido a torturas y confinamiento aislado. Como en el caso de otros presos políticos, este trato busca quebrar su voluntad e infligir un castigo ejemplar, para que otras voces también sean silenciadas. Pero Julian Assange se resiste, a pesar de las graves consecuencias para su salud mental y psicológica. Soporta la arbitrariedad y la injusticia con dignidad y desafío.

Julian Assange dijo al tribunal que decide su posible extradición a Estados Unidos: «No aceptaré que censuren el testimonio de una víctima de la tortura ante este tribunal. Somos millones los que no aceptaremos que se silencie su voz y no silenciaremos la nuestra. No estamos dispuestos a mirar hacia otro lado ante los graves abusos a los que está siendo sometido.

Los que apoyamos esta declaración nos solidarizamos con él y con su familia, su pareja, sus hijos y sus padres.

Unimos nuestras voces a las de los periodistas de todo el mundo que saben que su profesión será aún más peligrosa si Julian Assange es extraditado y que la libertad de expresión y la libertad de prensa serán objeto de una persecución aún más implacable.

Unimos nuestras voces a las del pueblo británico, indignado por la sumisión de las instituciones nacionales a los intereses de una potencia extranjera, en una burda aplicación de la extraterritorialidad, sin respeto por el Estado de Derecho.

Unimos nuestras voces a las de los activistas y defensores de los derechos humanos que saben que pueden ser los próximos en sufrir la arbitrariedad, la persecución y la tortura de Estados poderosos que buscan venganza, no justicia.

Unimos nuestras voces a las de aquellos y juristas de todo el mundo que han advertido de graves irregularidades en el proceso judicial contra Julian Assange y temen que el Estado de Derecho quede herido de muerte si es extraditado.

Pero, sobre todo, unimos nuestras voces a las de los miles de víctimas de los países invadidos, agredidos por las fuerzas militares de los estados poderosos, de todas las voces silenciadas por la brutalidad de la guerra, de todas las víctimas de los crímenes cuyos autores, a día de hoy, siguen impunes.

Julian Assange ha arriesgado su vida y su libertad al no permanecer en silencio, al no aceptar que estos crímenes permanezcan ocultos e impunes. En estos tiempos oscuros para la humanidad, necesitamos la voz de Julian Assange, necesitamos todas las voces que denuncian los crímenes contra la humanidad.

La persecución y el encarcelamiento de Assange no sólo tienen como objetivo silenciar su trabajo, sino también atacar a todo el buen periodismo y a todos los que alzan la voz para difundir la verdad sobre la violencia, las guerras y los intentos de dominación de los países imperialistas.

Julian Assange no debe ser extraditado, ¡Julian Assange debe ser liberado!