Este domingo Brasil tendrá una elección presidencial histórica. No está en disputa sólo un gobierno, sino el futuro de Brasil y de toda Nuestra América. El escenario es claro: o triunfa el pueblo, con felicidad, con esperanza y justicia social para las mayorías populares con Lula como futuro presidente; o se perpetúa el fascismo, el racismo, la muerte y la violencia desenfrenada del proyecto bolsonarista.

Una victoria popular con el liderazgo indiscutido de Lula da Silva, no solo es necesaria para frenar a la extrema derecha, sino que también puede abrir la posibilidad de construir una agenda de integración y unidad de Nuestra América junto a los gobiernos populares que han luchado y emergido de las cenizas del neoliberalismo de guerra, y también junto a los pueblos que han resistido a los golpes de Estado y la desestabilización de forma constante y directa por parte del imperialismo.

En el mundo y en la región vivimos tiempos convulsos y caóticos: guerra, pandemia, hambre, saqueo, destrucción de la Madre Tierra, pero también luchas, victorias y esperanzas. El mapa ha ido cambiado en poco tiempo: pasamos del grupo de Lima a la consolidación de gobiernos populares, surgidos de luchas contra el neoliberalismo. Sin embargo las élites locales y el imperialismo no dejan de trabajar para desestabilizar, desmembrar o frenar toda iniciativa popular que atente contra sus intereses, y que busque combatir de lleno la desigualdad producto de la la concentración de la riqueza.

En ese marco es imprescindible el avance de la unidad y la integración de la Patria Grande, no solo en el plano político, sino en el plano económico desde la cooperación, la solidaridad, la complementariedad y la participación popular, y para todo eso es necesario contar con Brasil, con Lula y con los movimientos populares brasileños que nunca han dejado de luchar dentro de este hermano país.

Por eso, frente a esta estrategia regional de la derecha, respondemos con esperanza y organización popular.

 

Este domingo 2 de octubre venceremos en Brasil

Lula Esperanza, Lula Presidente