La subordinación del establecimiento colombiano y la entrega de la soberanía a los gobiernos y poderes económicos norteamericanos, es histórica. Hoy, nuevamente, el gobierno de ultraderecha de Iván Duque -desconociendo la Constitución, al Congreso y pasando por encima de la soberanía y autonomía de las y los colombianos/as- abre las puertas a las tropas estadounidenses.

Con el pretexto, ya desgastado y poco creíble, de la «lucha antidrogas; de seguridad y defensa”, se avanza en verdad en la militarización, la erradicación forzada y el paramilitarismo, para consolidar un modelo económico extractivista y el control territorial por parte de unos pocos.  Cabe recordar que ya existen bases militares en Colombia y que éstas no han contribuido a disminuir la producción y tráfico de drogas, por el contrario se han incrementado, generando más violencia en las poblaciones afectadas. 

La llegada de estas tropas pertenecientes al Comando Sur, conocidas como Brigada de Asistencia de Fuerza de seguridad (SFAB), obedece a la estrategia de asedio e intervención que Estados Unidos, con el apoyo de gobiernos lacayos de derecha en la región, sobre la República Bolivariana de Venezuela. 

Esta es una maniobra más dentro de la estrategia para usurpar el poder legítimo al Presidente Nicolás Maduro y atentar contra el proceso revolucionario de nuestro hermano pueblo venezolano. En su desarrollo han cometido un sin número de crímenes contra la humanidad, como el cruel bloqueo económico, el asedio diplomático, la guerra mediática, -en las que el establecimiento colombiano ha jugado un papel protagónico-, así como la amenazante postura de Brasil y la guerra para-militar en Colombia. Ahora en un nuevo intento de atentar contra la soberanía venezolana, la Embajada de Estados Unidos y el Comando Sur anuncian el arribo de sus tropas a Colombia para el próximo mes de junio. 

La política de EEUU- como demuestran las declaraciones de su Presidente Donald Trump, ante los últimos estallidos sociales es discriminatoria, racista y patriarcal. Nos preocupa que esas tropas implanten esa política racializada de muerte en Nuestra América, llevando más violencia a nuestros territorios, tan ricos como despojados. 

Los militares de la Fuerza de Seguridad estadounidense, se asentarán en zonas de consolidación militar y económica en Colombia. La población de El Catatumbo, principalmente campesina será la principal afectada, temen por el recrudecimiento del espiral de violencia en la región, que se evidencia a través del reciente asesinato de campesinos por parte de las Fuerzas MIlitares colombianas en esta zona, los cuales no han sido investigados todavía. Como hemos denunciado cientos de veces desde ALBA Movimientos.

Además esta ubicación es geoestratégicamente muy favorable para los intereses imperiales en su intención de invadir militarmente a Venezuela, profundizar las políticas de despojo y agresión.  Los movimientos y liderazgos sociales en Colombia padecerán de primera mano esta avanzada  que a además  busca controlar los bienes comunes en ambos países.

Aprovechando el actual estado de emergencia y la crisis humanitaria en medio de la pandemia de Covid, el Centro Democrático (partido del criminal Álvaro Uribe Vélez y su títere Iván Duque) continúan su proyecto fascista en contra del pueblo Colombiano y el pueblo Venezolano, demostrando una vez más, que el peor virus para Nuestra América, no es el COVID-19, sino el imperialismo, la sumisión política y la violencia estatal. 

Por estas razones, desde ALBA Movimientos denunciamos la Presencia de la Fuerzas Armadas de EE.UU. en Colombia, la subordinación del gobierno Uribista de Duque y las intenciones del imperialismo en avanzar con su intervencionismo en la región. En defensa de la soberanía de Colombia y Venezuela rechazamos la presencia de tropas extranjeras y sus bases militares en nuestro territorio.

 

Es tiempo de Nuestra América, basta de violencia y subordinación al imperio.