Con dolor debemos comunicar la partida física del inconmensurable compañero y hermano Carlos Romainville, del Movimiento Comunitario Alfa y Omega de Perú, alma y corazón, de ALBA Movimientos, del capítulo peruano y de Nuestra América toda. Se nos va “un ejército de uno” y también se nos va un amigo entrañable para muchos y muchas de quienes lo conocimos, luchando contra el imperio y por la causa de los humildes, de aquellos y aquellas que en el Perú y el resto del continente luchan a diario para no seguir siendo sojuzgados.

 

Se nos fue el querido Carlos, militante revolucionario, un amauta de la vida y un hombre de fe en ese Cristo profundamente revolucionario. Siempre con el abrazo dispuesto y una sonrisa iluminada, Carlos estaba presente, donde sea necesario estar, en diferentes países, siempre en el marco de actividades del internacionalismo solidario, de la comunicación popular y del trabajo de base, apoyando la Revolución Bolivariana, la Cubana, y cada uno de los procesos emancipatorios, en cada rincón del mundo. Su voz nunca dejo de denunciar los abusos del poder, aunque la censura de los explotadores lo persiguiese de cerca.

Su partida pone en evidencia a este sistema injusto y explotador, este Perú desigual, donde la vida de los de abajo no importa, donde la colonia nunca dejó de existir y unos pocos, de apellidos aristócratas, explotan a millones de hermanos y hermanas. Esos pocos que prefirieron seguir con sus ganancias en vez de poner la salud en servicio del pueblo. Un Perú donde Carlos se nos muere, no solo de Covid, sino de injusticia. Porque su muerte, así como la de miles de peruanos y peruanas, es responsabilidad del Estado peruano que sigue poniendo los intereses de las elites y del capital por encima de la vida. Carlos es un mártir en esta guerra.

Para su organización su partida deja un espacio difícil de llenar, para ALBA Movimientos perdemos a un luchador y guía necesario para las difíciles batallas que se avecinan, pero nos deja el legado de su consecuencia y su práctica revolucionaria. Nos solidarizamos con su familia y sus compañeros/as de militancia. Desde toda la Patria Grande enviamos un abrazo para Alfa y Omega y para el Capitulo Perú.

Compañero Carlos Romainville Vázquez, querido hermano de lucha, fortaleceremos tu siembra, Uniendo la Patria Grande y luchando por la Segunda y definitiva Independencia. Continuaremos tu sendero, incansable, sereno, feliz, sólido, amable, mostrándonos a cada momento como ha de construirse el socialismo. Nos queda tu luz, todos los abrazos, todas y cada una de las jornadas, todo un continente que sembraste con tus pasos limpios y fraternos.

 Hasta la Victoria, Siempre